Retos y Perspectivas para Impulsar en México la Atención Sanitaria Basada en Valor

Published Aug 11, 2023

Lilia Selenia Gómez de los Santos1, Laura Cortés Sanabria2, Juan Gabriel Gay Molina3, Emilio Muciño Ortega4.  

1Presidenta, ISPOR Capítulo México, 2Coordinadora del Comité de Economía de la Salud, Sociedad Latinoamérica de Nefrología e Hipertensión, 3Director General, Tecnología e Información en Salud, 4Gerente de Farmacoeconomía, Productos Roche.

Antecedentes

La necesidad de la atención sanitaria basada en valor (Value-Based Health Care [VBHC] por su siglas en inglés) se ha puesto de manifiesto a partir de 2006 que Michael E. Porter, profesor de la Harvard Business School, propuso orientar la práctica asistencial hacia aquellas actividades que generasen los mejores resultados en salud, relevantes para el paciente, por cada unidad de gasto ejercida.1 Porter subraya la importancia de compartir  la responsabilidad para alcanzar este alto valor, recomendando una práctica clínica integrada que no solo incluya la medición de indicadores tradicionales, sino también  la de los resultados percibidos por el paciente y los costos globales del ciclo completo de atención.2   Desde entonces, el VBHC ha comenzado a aplicarse en varios  países para la atención de beneficiarios  de entidades financiadoras como aseguradoras, obras sociales, empresas de medicina prepaga.. La mayoría de los informes sobre la adopción de este enfoque provienen de Europa y Norteamérica3-5 mientras que se sabe poco sobre su implementación en México.6

Retos Actuales en México para Impulsar una Atención Sanitaria Basada en Valor

A pesar de que la implementación del VBHC representa un modelo innovador que busca  satisfacer directamente las  necesidades de los usuarios y demás actores del sistema,  su adopción por los sistemas de salud conlleva desafíos significativos que, de no ser considerados previamente, podrían  generar  una  carga  mayor tanto para prestadores como para financiadores.7 Los sistemas de salud de México y Latinoamérica deben enfrentar varios retos para cumplir las tres premisas para generar valor en salud: práctica médica organizada en torno a condiciones médicas y ciclos asistenciales, valor para los pacientes y medición de resultados, y costos ajustados al riesgo. Entre estos retos se encuentran la fragmentación de los sistemas de salud, disparidades  en la cobertura y acceso universal de la población, falta de intercambio de información a través de una plataforma interoperable de tecnologías de la información y la comunicación, insuficientes recursos humanos en salud, ausencia de políticas públicas para impulsar  iniciativas basadas en valor, carencia  de un programa de incentivos a la calidad para los proveedores, variabilidad en las modalidades de pago entre la seguridad pública y privada, y modelos de financiamiento alternativos (por componente, capitación y paquete) que permitan una distribución equilibrada de riesgos financieros considerando ventajas y desventajas de cada modelo. Además, un desafío importante es fomentar la colaboración entre los agentes involucrados en la implementación del VBHC como proveedores, consumidores, empresas farmacéuticas, gobiernos, y por supuesto pacientes.

Perspectivas

Para afrontar los retos en la implementación del VBHC en México y Latinoamérica, es de vital importancia establecer cimentos sólidos que puedan procurar un terreno fértil para el florecimiento de este nuevo paradigma en la atención sanitaria, que procuraría resultados en salud sustancialmente mejorados a costos significativamente optimizados. Entre los primeros pasos se encuentra la estructuración, largamente esperada, de una plataforma de información que conecte los expedientes electrónicos y sistemas de administración hospitalaria de todas las unidades médicas y los subsistemas de atención. Esta plataforma permitiría aprovechar de manera práctica y rentable la información generada por estas instituciones. La implementación de estándares de comunicación entre los expedientes clínicos de la red hospitalaria eliminaría los altos costos actuales para analizar los resultados de las nuevas tecnologías para la salud en la vida real, facilitaría la movilidad de los pacientes dentro de las redes hospitalarias, homogeneizaría en las prácticas de atención en todo el sistema, entre otros beneficios.

El segundo cimiento indispensable para crear un entorno propicio para el VBHC se encuentra en el involucramiento y colaboración de todo el personal del sistema de atención a la salud para colocar al paciente como la razón de ser y el primer valor en el funcionamiento del sistema. Desde los niveles operativos como camilleros, enfermeros, médicos, personal de limpieza o personal administrativo hospitalario, hasta los niveles directivos y rectores de la política nacional en salud deben incorporar en todas y cada una de sus decisiones la experiencia del paciente al interactuar con el sistema de salud, sus expectativas y los efectos que el éxito o fracaso de la atención pueda tener sobre su vida cotidiana y la de sus familiares.

Finalmente, el tercer y posiblemente más importante pilar que necesita sostener este terreno de cultivo para el VBHC es el empoderamiento de los pacientes y usuarios del sistema de salud. Dar voz a los usuarios puede ser la herramienta más poderosa para orientar el sistema hacía los resultados que realmente les interesa a los pacientes, asegurando la voluntad y los recursos económicos para garantizar un sistema de salud enfocado incuestionable y exclusivamente en generar valor para sus usuarios.

Conclusiones

Las características particulares de los sistemas de salud de México y el resto de Latinoamérica enfrentan enormes retos para la implementación del modelo de VBHC. Superar estos retos implica adaptar el modelo a cada organización y considerar que se trata de un proceso dinámico en donde el compromiso y la responsabilidad para alcanzar este alto valor debe ser compartida por todos. Se recomienda una práctica clínica integrada que facilite el cuidado total de enfermedades y sus complicaciones, evaluando el seguimiento de resultados clínicos y el mantenimiento del estado de salud en el largo plazo, considerando tanto los costos por paciente como los resultados percibidos por los mismos, y por la sociedad en general.

Referencias

  1. Porter ME, Teisberg EO. How physicians can change the future of health care. JAMA. 2007 Mar 14;297(10):1103-11. doi: 10.1001/jama.297.10.1103. PMID: 17356031.
  2. Porter ME. What Is Value in Health Care? N Engl J Med 2010; 363:2477-248. DOI: 10.1056/NEJMp1011024
  3. Okunade O, Arora J, Haverhals A. Collaborating for value: the Santeon Hospitals in the Netherlands. ICHOM; 2017.7.  
  4. Lee VS, Kawamoto K, Hess R, Park C, Young J, Hunter C, et al. Implementation of a value-driven outcomes program to identify high variability in clinical costs and outcomes and association with reduced cost and improved quality. JAMA. 2016;316(10):1061-72. DOI: 10.1001/jama.2016.12226.
  5. Valentijn PP, Biermann C. & Bruijnzeels MA. Value-based integrated (renal) care: setting a development agenda for research and implementation strategies. BMC Health Serv Res 16, 330 (2016). https://doi.org/10.1186/s12913-016-1586-0
  6. Makdisse M, Ramos P, Malheiro D, Katz M, Novoa L, Cendoroglo Neto M, Ferreira JHG, Klajner S. Value-based healthcare in Latin America: a survey of 70 healthcare provider organisations from Argentina, Brazil, Chile, Colombia and Mexico. BMJ Open. 2022 Jun 6;12(6): e058198. doi: 10.1136/bmjopen-2021-058198. PMID: 35667729; PMCID: PMC9171220.
  7. Valencia MC. Atención en salud basada en el valor: retos y oportunidades. Revista Salud Bosque. 2019; 9(2): 35-46.
  8. World Economic Forum - Home. (2017), Boston Consulting Group. https://www3.weforum.org/docs/WEF_Insight_Report_Value_Healthcare_Laying_Foundation
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